Cuentan los que saben, que ya el emperador romano Septimio Severo, cuando se agravó la crisis del imperio romano y empezó su decadencia, le prohibió a la plebe moverse territorialmente, necesitaban un “permiso” para circular, incluso para cambiar de oficio o profesión.
Eso se repitió en el medioevo con los señores feudales sobre sus siervos.
Algo similar ocurrió en la Unión Soviética, le llamaron la “propiska”, un permiso previo indispensable que prohibió el desplazamiento y la posibilidad de viajar, que duró hasta la caída de la URSS en 1991.
¿Le suena todo esto? ¿El permiso para moverse, las personas (según sus “ocupaciones”) declaradas arbitrariamente “esenciales” o “no esenciales” y las normas que no afectan igual a quienes las dictan?
PSA
Imagen:
Diego Rivera “Ingenio azucarero de Tealtenango Marelos” 1930